¿Cuánto cuesta un sueño?

     Hoy escribí con la el agotamiento a cuestas mientras camino un sueño que me mantiene de pie. Desde mi cama dejo descansar mis letras, la verborrea se cuela junto a un café y me pregunté: ¿Cuánto cuesta un sueño?

     Verán, soñar es un acto propio, inherente al individuo que sueña. Soñar implica un viaje hacia el futuro, es una invitación a imaginar aquello que quisiéramos lograr. Este viaje, resulta uno peligroso aunque valioso, pues, con la mirada en el horizonte, fijará el rumbo que hemos de seguir a través del tiempo.

     Así pues, soñar con un mañana implica que estamos dispuestos a navegar el camino del hoy. Mientras más grande sean nuestros sueños, mayor será el viaje por recorrer. Quizás no sea evidente, pero, al definir nuestro sueño intrínsecamente estamos eligiendo el camino. Nadie, incluso en la más chica de las celdas y la más oscura de las situaciones, puede privarnos de soñar.

     Económicamente hablando, soñar no cuesta nada, y a su vez soñar cuesta todo. El sueño que hemos imaginado determinará nuestro camino –ese que con fortuna estará lleno de sentido–, y a su vez que haremos con nuestras vidas para llegar a el. Es por esto que soñar cuesta el cansancio de mis pies, los segundos y horas que he dejado atrás, los momentos que he perdido con mi familia, y quizás este Domingo sin descansar.

     Pero, ¿acaso no cuesta más dejar de soñar? ¿Quienes seriamos hoy sin la esperanza de un mejor de mañana tanto en lo individual como en nuestra sociedad? Qué pasaría cuando llegue al final de mi vida y me reproche: ¿Cuándo dejaste de soñar? ¿Por qué desperdiciaste el tiempo persiguiendo otros horizontes que, sin ser tuyos, nunca habrías de alcanzar?

     Que no nos pase la vida merodeando sueños ajenos o peor aún pasando el tiempo, esperando sin acción, muertos en vida, sin la fe que nos mueve por dentro y nos susurra al oido: Por más grande que sea tu sueño, tú lo puedes lograr.

    Así pues, este articulo es para ir a descansar no sin antes, soñar…. Y que se nos vaya así la vida en un sueño vivido y no por vivir, en este camino lleno de sentido, en este juego del tiempo y el azar.

¿Cuánto cuesta un sueño? No lo sé, pero sé que cuesta mucho más, dejar de soñar.