La indecisión es tu mayor amenaza.

La mayoría de las personas están “a la deriva” a lo largo de la vida, lo que significa que aún no han determinado quiénes serán. Todavía están esperando que algo fuera de ellos les diga qué y quiénes deberían ser.
Justo antes de que tengas un gran avance en tu vida, vas a golpear barreras mentales y emocionales: sentirás que tu vida se está desmoronando. En el momento en que tomas una decisión comprometida, tienes un control mucho mayor sobre tu mente, tus emociones y tus elecciones.
En su libro, Outwitting the Devil, Napoleon Hill analiza un momento en el que se encontró con su "otro yo", su lado que no era indeciso y no estaba claro sobre el futuro. Este "otro yo" operaba enteramente por fe y definición de propósito. Después de varios meses de profunda depresión, cuando Hill estaba en el fondo de una roca personal, llegó a un punto en el que ya era suficiente. Llegó al punto en que ya no le importaba lo que otras personas pensaran de él. Escuchó la voz en su cabeza, su "otro yo", y decidió seguir esa voz con completa obediencia, sin importar cuán ridículo o aparentemente loco fuera. No tenía nada que perder, y solo ganar. Escuchó con exactitud y actuó de inmediato, independientemente de la incertidumbre y de las consecuencias potenciales. Él no se permitió ni un segundo para cuestionarse o dudar. Como dijo el antiguo filósofo, Cato: "El que duda está perdido".
La investigación realizada en la Universidad de Yale ha demostrado que, si dudas durante unos segundos cuando se siente inspirado para hacer algo, como ayudar a alguien, sus posibilidades de hacerlo disminuyen de forma DRAMÁTICA incluso después de 2 a 4 segundos.
Si te sientes inspirado a hacer algo, debes actuar INMEDIATAMENTE. Cada segundo cuenta. Por lo tanto, Hill decidió actuar con completa obediencia, inmediatamente, sin importar lo que su otro yo le dijera que hiciera.
Una vida sin vacilación.
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